
Ya casi se acaba el 2014, y eso significa que es momento de reflexionar, mirar atrás y apreciar todo lo que el año nos dejó. En mi caso, me gusta hacer una recapitulación de los mejores platos que probé en el año, y aquí se los presento.
La lista no tiene un orden en particular – no es un ranking ni un concurso – mi única intención es recordar y hacer honores a los chefs y restaurantes que me cautivaron este año – si acaso, sigue un cierto orden cronológico. Entonces, como dicen en mi pueblo, ya estuvo bueno de chorizo, vamos a entrarle a la maciza.

Hace unas semanas estaba haciendo compras en el Mercado de Medellín para una cena que iba a preparar esa noche. Algo que me gusta mucho hacer es ir al mercado sólo con una vaga noción de qué voy a cocinar y más bien dejar que los productos que encuentro me vayan dando ideas.
Así fue que pasé por la pescadería – se me antojaba un pulpo, pero no estaba fresco – y me ofrecieron unos mejillones. Inmediatamente me vino a la cabeza intentar hacer el plato de Anona que me encanta, y corrí a buscar tomatillos. Los escogí uno por uno para llevarme el tamaño ideal (como uvas verdes) y todos del mismo tamaño, para que la cocción fuera pareja.

La Ciudad de México es, sin lugar a duda, uno de los destinos culinarios más hot de Latinoamérica y el mundo. Y esto apenas empieza. El comensal promedio en esta ciudad es cada día más exigente, de paladar más sofisticado y conocedor. Los chefs y restauranteros se han visto forzados a responder a este fenómeno, mejorando la calidad de la oferta gastronómica en general y creando una explosión de nuevos restaurantes y propuestas más arriesgadas.
Anona NeoBistro es un ejemplo de esta nueva ola: la técnica y el menú de un bistro francés pero con productos profundamente mexicanos.

Este es el segundo en la serie de posts de mis restaurantes favoritos en la Ciudad. El primero fue Rosetta, la joya italiana de la colonia Roma, y ahora toca Maximo – Bistrot Local.
Es muy común encontrar nuevos restaurantes que nos gusten. Es menos común encontrar nuevos restaurantes que nos parezcan excepcionales. Y es muy raro encontrar un restaurante en donde cada elemento del menú es impecable. Máximo cae en esta última categoría. Conseguir esto cuando haces un menú distinto cada día es mucho más difícil. Este también es el caso de Maximo.